4 Viajes a la conciencia-LA SEÑORA CULPA-

La Señora Culpa

"Delante de mí, un bufón se ensaña conmigo mostrando mi pasado, que ahora es eterno presente porque usa de continuo la tecla del rebobinado" H&D

La Señora Culpa edificó sobre el valle del miedo. Languidece en primavera y renace por invierno cuando el tormento la visita disfrazado de recuerdo. Se mofa mientras blanqueo su fachada con verdades grises y desconchones penitentes.
Sólo el daño permanece technicolor como ruido de fondo en su universo en expansión.
Y cuando el silencio derrite su reloj del tiempo, comienza a llover palabras que embarran los quicios de mis ventanas con quejas envueltas en papel de orillo.

Tic tac tic tac...

- ¿Por qué te empecinas en anidar sobre mi árbol cuaternario? - pregunto.
- ¿Por qué la luna mantiene siempre una cara oculta? ¿Por qué hay estrellas imposibles de ver? ¿Por qué siempre las interrogantes por antonomasia engendran otras en partos múltiples? – responde con preguntas.

Tic tac tic tac...

Ahora soy la hoja caída que mece el viento sobre el tejado de su casa, me deslizo suavemente, como si fuera una pluma, voy cayendo con los ojos cerrados ante la visión de esa bufanda de culpa anudada a mi cuello, ahogándome...noto que estoy sentado sobre el suelo, siento que puedo respirar con mayor libertad, abro los ojos y me veo dentro de esta habitación, sentado sobre la madera. En mi lenta caída, la bufanda ha quedado enganchada en una rama, liberándome, aún me pregunto cómo conseguí entrar por la ventana.
- Dos lazos separan tu corazón de su cabeza – afirma - Uno, porta el nombre de la desesperanza y el otro, dice llamarse cobardía.
Delante de mí, un bufón se ensaña conmigo mostrando mi pasado, que ahora es eterno presente porque usa de continuo la tecla del rebobinado: da piruetas, saltos mortales, me muestra cada repetición de la jugada, a cámara lenta, hacia atrás, hacia delante, en color, en blanco y negro, en sepia. Algo dentro de mí me esta gritando en silencio.
-Mentira, ya pasó...ese que muestras , no soy yo. Quiero realidades, no caricaturas -el grito es apagado por los músculos de mi garganta , por la tensión de las venas dispuestas a estallar en mi cerebro, y en un alarde de valentía, de esperanza dormida bajo mi pecho , lo hago, simple, rápido, eficaz. Pulso el botón del off. Un nuevo silencio despierta dentro de mi, el de la paz, siento que estoy amaneciendo, un sol promete partirme el pecho, levanto mi vista hacia el frente, y veo un rostro reflejado en el espejo, único trasto que quedó inmune a los efectos de mi sentencia. Sonríe. Me reconozco, soy yo, de nuevo. Yo soy.

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